Con faldas y a lo loco

El corte del vestido de novia es su forma real. El corte define si un vestido es clásico o moderno, conservador o sexy, sobrio y elegante. Para escoger el corte del vestido, debes pensar en qué es lo que quieres resaltar de tu cuerpo, tus curvas, el pecho o tu cintura o si quieres ser una princesa de cuento o tal vez una estrella de cine.

El vestido de novia se puede encontrar en infinidad de diseños y estilos pero todos se sujetan de una u otra manera a unos cuantos cortes o siluetas básicas. Estas siluetas han perdurado a través de los años y son fuente de inspiración a los más diversos y variados estilos de vestido de novia.

Encontrar el traje de novia que se ajuste perfecto a tu estilo y al de tu gran día, será más fácil, si cuentas con la información básica sobre las siluetas en las que se basará tu vestido.

Es por ello que hoy queremos de un corte de vestido que cada está cobrando mayor relevancia entre las novias de todo el mundo. La costumbre más extendida a la hora de elegir el look de novia para una boda es un vestido largo y vaporoso, pero ¿por qué no dar el sí, quiero con un vestido corto de novia? Son cada vez más las novias que piden a gritos vestidos mini para pasar por el altar.

Sin duda, el look retro llena de aire fresco las nuevas bodas. Y con él se hacen hueco los vestidos de novia cortos, una opción poco vista anteriormente, que antaño se reservaba a las bodas civiles. Lo más importante hoy es sentirte identificada con tu look en el día de tu boda, y sobre todo, atractiva. Y estos preciosos vestidos cortos pueden ser una opción perfecta para una novia actual pero romántica, sencilla pero elegante.

Elegir el vestido de novia acorde al gusto de cada mujer, actualmente es más sencillo, ya que casi todas las firmas cuentan con extensas colecciones donde mezclan tejidos, estilos y cortes para que siempre haya uno ideal para cada novia. Ya no sólo vemos diseños clásicos y cortes similares, sino que las tendencias son cada vez más arriesgadas y rompedoras.

Tanto por encima de la rodilla como con largo midi, modelos muy chic y con mucho estilo. Desde los más elegantes y clásicos inspirados en los años 50, con faldas voluminosas y mucho tul, hasta los más sofisticados, como vestidos minifalderos con calados y transparencias; escotes palabra de honor, hombros caídos, manga larga, cuello redondo, escote corazón porque para un día tan especial todo vale.

Otra opción cada vez más habitual es que al acudir a una boda, podrás percatarte de que en algún momento entre bambalinas, la novia ha dado el ‘cambiazo’ a su vestido de novia por un segundo modelo más cómodo, más corto o sencillamente diferente.

Este doble look nupcial puede tener muchas explicaciones, que van desde la comodidad, especialmente en los vestidos muy armados o con mucha cola, hasta un cruce de tradiciones; si por ejemplo la novia decide casarse con un vestido de herencia familiar, pero aún así no quiere perderse la experiencia de encontrar y llevar “ese vestido” o simplemente porque sí.

El uso de este tipo de vestidos permite jugar más con los complementos, así que son aptos los tocados, diademas, o tiaras, más llamativos.AZAHAR

Los lazos son una apuesta segura, en la cintura del vestido, acompañados de pliegues en escotes y faldas. Los apliques de pedrería siempre aportan un plus de magia a cualquier estilismo. Usa telas muy suaves, delicadas y brillantes, generalmente en blanco puro, para que no haya ninguna duda de que se trata de la novia.

Las flores siempre son un elemento muy romántico y los modistos lo saben, por eso, crean preciosas superposiciones, tiras o relieves florales para crear vestidos impecables.

Jugar con el tul para crear diseños de ensueño mediante superposiciones. O  aunar ambos tipos y adórnalos con pedrería a la cintura para marcar las formas femeninas.

Optar por un diseño corto no quiere decir que tengamos que prescindir de ese halo de romanticismo que envuelve a todo enlace y, por supuesto, a toda novia. Por eso, decantarnos por una creación inspirada en los años 50 o de corte bailarina puede aunar la dulzura de las faldas de vuelo o volumen, con la innovación de apostar por un vestido corto.

Los escotes de palabra de honor, sobre todo con forma corazón, y las faldas de tul, son la principal combinación en este tipo de modelos, aunque también los hay con brocados, en colores pastel, como el rosa palo o el azul.

Aquellas que quieran marcar su figura en su gran día y no renunciar a su feminidad, podrán decantarse por el corte tubo y los fajines que marcan la cintura. Jugar con los complementos es una forma de dar un aire distinto a nuestro estilismo e introducir un poco de color en el habitual blanco nupcial.

Asimismo, las superposiciones, los escotes con aberturas o asimétricos, las plumas, el encaje, la pedrería, las transparencias o casi cualquier cosa que podamos imaginar, pueden dotar de sofisticación y refinamiento cualquier modelo.

Si eres una novia arriesgada, que apuesta por un estilismo diferente y arriesgado no lo dudes.